Diez escalofriantes historias de casas rodeadas de misterio



¿Fantasmas?
Luces que se encienden y se apagan, descensos bruscos de temperatura, olores extraños, combustión espontánea o desplazamiento de objetos. Todo en un libro recién publicado que recopila casos resonantes de fenómenos paranormales.


Luces que se encienden y se apagan, descensos bruscos de temperatura, olores extraños, combustión espontánea o un "clásico" de la parapsicología: desplazamiento de objetos. Estas son para la grafopsicóloga Clara Tahoces manifestaciones que pueden dar pistas de que nos encontramos ante una casa encantada. Tahoces conoce a la perfección este mundo y ha recogido hasta una treintena de lugares teñidos de misterio y sucesos paranormales en El gran libro de las casas encantadas (Editorial Luciérnaga).
Casas de lujo, pisos humildes y austeros, lugares que han sido escenario de sucesos violentos e incluso oficinas y universidades o una emisora de radio son los protagonistas de un completo libro que recoge los terroríficos testimonios de testigos directos o cercanos. Muchos de estos lugares hoy permanecen cerrados porque los sucesos paranormales que allí se viven ahuyentan a posibles inquilinos.
El libro recoge historias de casas encantadas y también de poltergeist (en este caso es una persona que provoca los sucesos) aunque Tahoces asegura que es más frecuente el primer caso, que se asocia a un lugar. La autora ha elaborado para La Vanguardia una selección de diez de las casas encantadas más relevantes.
1. El caso de Embajadores. Año 1991. Madrid. Una familia numerosa que vive en un piso de 80 metros de la calle Embajadores empieza a notar presencias en la casa. Les sucedió de todo y cosas bastante terroríficas: el gas que se abría mientras dormían, el lavarropas se encendía incluso estando desenchufado, objetos salían volando. Los habitantes estaban tan asustados que llegaron a dormir durante más de un mes en el comedor. Para Tahoces es un caso de poltergeist y el generador podría ser uno de los hijos, que había tenido un trauma importante de niño. La familia quería abandonar la casa, pero su historia se publicó en los medios de comunicación y esto propició que no la pudieran vender.
2. El caso Vallecas. Año 1991. Madrid. Es un clásico en España porque hubo una intervención policial que presenció el suceso. Se hace una sesión de güija (conocido como juego de la copa) y a raíz de esto una de las hijas adolescente empieza a presentar un cuadro de convulsiones, una especie de epilepsia que la lleva de hospital a hospital. En uno de esos ataques la niña muere y a raíz de eso empiezan a suceder cosas en la casa: objetos que se mueven, se quema un retrato de la joven fallecida. La familia está tan asustada que una noche llaman a la policía. Y es la propia policía la que presencia fenómenos que no pueden explicar y que dejan reflejados en un informe (adjunto en el libro). La familia acabó abandonando la casa porque no podían vivir allí.
3. Aquella casa de al lado. Año 2000. Madrid. Todo sucede en el madrileño barrio de Salamanca. Tres amigos alquilan una casa que a priori es estupenda: exterior y reformada. Pero apenas se mudan empiezan a advertir cosas extrañas. Y tienen la sensación de que hay alguien más. Están viendo la televisión y ven pasar una sombra por el pasillo. En otra ocasión uno de los chicos nota una sombra, piensa que es la suya propia, se queda parado y la sombra le sobrepasa y desaparece en la pared que linda con la casa de al lado. Y aunque sabían que en la casa vecina no vivía nadie, un día están cocinando y a través de la ventana de la cocina ven a la perfección a una mujer: lleva el pelo peinado hacia atrás, corto y engominado y una vestimenta masculina. Después de verla en varias ocasiones, deciden preguntarle al portero y éste les dice que es imposible que hayan visto a nadie porque la casa está deshabitada y cerrada y que la llave la tiene él. Los inquilinos describen al portero y a otra vecina a la mujer que ven y se quedan sorprendidos porque la descripción corresponde con la de una mujer que vivió allí: una chica que vivía con su madre y cuando ésta falleció ella fue ingresada en una clínica por problemas mentales. Acabó falleciendo.
4. El hombre de la capa. Año 1986. Madrid. Dos amigas comparten un departamento, uno de los más baratos que encontraron. Una de las inquilinas le explica a la otra que nota cosas. Una noche la inquilina más sensible está acostada y ve en el umbral de la puerta una especie de figura alta de más de dos metros que está de perfil y que lleva una capa. Posteriormente, la otra chica empieza a enfermar encadenando problemas de salud. Acuden a dos videntes y las dos le dicen que en esa casa hubo un crimen y que la persona que lo cometió está rondando por allí. Las chicas empiezan a indagar en la historia y aunque nadie les quiere explicar nada, consiguen averiguar que alguien que vivió allí intentó hacer una especie de dúplex pero la obra se paralizó y precintó por algo que supuestamente hallaron. Las inquilinas acabaron abandonado la casa.
5. La casa de los espíritus. Año 1993. Coslada, Madrid. Con este nombre literario del libro de Isabel Allende se bautizó en la prensa el caso. Una vivienda bastante humilde que se puso en alquiler y fue ocupada por un matrimonio con un niño de dos meses. Apenas se mudó la pareja empezó a escuchar ruidos, a notar descensos de temperaturas y muy mal clima. Acabaron abandonando la casa meses después porque el niño enfermó misteriosamente. Además, quitaron el papel pintado que cubría las paredes y descubrieron una serie de pintadas esotéricas. El caso se hizo conocido porque cuando se fue la familia, los vecinos dijeron que en ese piso se oían golpes y se movían muebles. Se sabe que entre las pintadas apareció el nombre de Charo. La autora del libro averiguó que en la casa vivió una persona que supuestamente se dedicaba a la videncia y que se llamaba Charo.
6. El "niño" de la emisora de radio. Año 1997. Madrid. A una locutora de radio le cambia el turno y debe trabajar los fines de semana de noche. Trabaja sola y empiezan a pasarle cosas: llaman a la puerta del estudio y no hay nadie, los ascensores suben y bajaban solos. Incluso en directo se le escapa algún grito porque escuchaba a través de los auriculares la voz de un niño que la llamaba por su nombre. Y parece que no es la única que ha vivido cosas extrañas porque más tarde descubre que hay una jefa que tiene un vaso en la ventana porque cree que así ahuyenta a los espíritus y se entera de que el compañero a quien reemplazaba en el horario nocturno había dejado esa franja horaria por las cosas extrañas que sucedían. A pesar de ello, teme que la tomen por loca y no le cuenta a nadie lo que vive. Quiere dejar el trabajo pero no se atreve a explicar el motivo. En el último momento, y afortunadamente para ella, le aparece una oferta de trabajo y deja la emisora de un día para el otro. Hoy el edificio en el que se encontraba la emisora no está ocupado.
7. El hombre del túnel. Año 2010. Arenys de Mar, Barcelona. Todo sucede en la Casa Xifré, un edificio muy grande construido por Josep Xifré que hizo fortuna en La Habana; se habla de que lo consiguió con actividades no muy claras como la trata de esclavos. También se cree que era aficionado al esoterismo. Xifré quería convertir el edificio en un hospital, pero no se llega a hacer y cuando muere lo entierran allí, dentro de una cripta. El edificio pertenece ahora al ayuntamiento y empiezan a suceder cosas: puertas que no se abren o se abren solas, los trabajadores notan golpes en la espalda o corrientes de aire frío. Pero nadie explica lo que vive. La casa comunica con una residencia de ancianos mediante un túnel y un día se produce una inundación en la que el ataúd de Xifré sale flotando. A raíz del suceso hay una avería con el sistema eléctrico y deben entrar técnicos del ayuntamiento. Uno de ellos es argentino, lleva poco tiempo en España y no conoce mucho el caso. Y mientras está trabajando solo en el túnel ve un hombre vestido de época, pero no le puede ver la cara porque cuando lo intenta iluminar, desaparece. Posteriormente le muestran al testigo una foto de Xifré y él asegura que es la misma persona que vio en el túnel.
8. La casa del suicida. Año 2015. Un pueblo de Cantabria. Un padre y un hijo toman en alquiler una vivienda que lleva un año cerrada. Los nuevos inquilinos sabían que en esa casa se había suicidado alguien quince años atrás, alguien al que el padre había conocido e incluso jugado a las cartas con él. Con aquella persona había dejado de hablarse por una pelea. Al entrar a vivir les parece raro que tres habitaciones de la planta de arriba estén llenas de pertenencias del antiguo propietario. Escuchan pasos y ruidos y en el altillo de la habitación en la que duerme el hijo también se oyen ruidos. La vivienda linda con otra que actualmente está vacía porque el vecino que vivía en ella se fue: se había marchado aterrorizado porque oía martillazos procedentes de la casa contigua. Ahora son ellos los que también oyen golpes de la casa de al lado, que está vacía. Pero por el momento siguen viviendo ahí. El hijo se quiere mudar, pero el padre se resiste a perder el depósito.
9. El 'poltergeist' de Rosenheim. Año 1967. Rosenheim (Alemania). En un estudio de abogados contratan a una secretaria de 19 años y a raíz de su contratación empiezan a pasar cosas como chasquidos en las comunicaciones que a veces se cortan. Además, en la factura telefónica hay muchas llamadas cuyo origen es desconocido y la factura se triplica. El dueño del despacho cambia de compañía telefónica porque cree que el problema está ahí. Pero empiezan los problemas eléctricos: fluorescentes que se queman y que han sido manipulados o que giran solos. Se inician unas pesquisas policiales creyendo que alguien está boicoteando el despacho pero no se descubre nada. Y finalmente llaman a unos parapsicólogos porque empiezan a centrar sus sospechas en la secretaria, ya que todo empieza con su contratación y cuando ella no acude a trabajar no pasa nada. Creen que ella es la que está provocando el fenómeno de manera inconsciente y descubren que en casa de la chica también ocurren cosas. Finalmente el dueño del despacho decide despedir a la secretaria y los fenómenos cesan.
10. Las voces de Enfield. Año 1977. Enfield (Reino Unido). En un barrio de Londres viven Peggie, una madre soltera, con cuatro hijos que empiezan a ser testigos de fenómenos extraños, como objetos que se mueven. Acaban llamando a la policía que presencia cómo una silla se mueve sola, algo que hacen constar en un informe. Janet, una de las hijas adolescentes, es sospechosa de provocarlo todo porque empieza a hablar con una voz gutural durante horas. Es como si entrara en trance y en esos momentos asegura que se llama Bill y que murió en esa casa. Más tarde averiguan que en la casa vivió el tal Bill. La niña estuvo internada porque el suceso le estaba pasando factura física y emocionalmente. Un tiempo después los fenómenos remiten y cuando la madre muere alquilan la casa a una mujer con un perfil muy parecido y aunque no saben nada de la historia empiezan también a notar cosas. La historia continúa.
Fuente: La Vanguardia.

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